- Las fracturas por estrés surgen cuando el hueso recibe cargas repetidas para las que no consigue adaptarse.
- El dolor aparece tras aumentar la actividad física en poco tiempo, suele doler durante el ejercicio y empeora después.
- Son frecuentes en personas que caminan, corren o trabajan muchas horas de pie sin progresión adecuada.
- Detectarlas pronto evita que la lesión progrese y pueda terminar en una fractura completa.
Una fractura por estrés es una pequeña lesión del hueso causada por esfuerzos repetidos, no por un golpe concreto. Suele aparecer cuando el ejercicio o la actividad diaria aumentan demasiado rápido.
Es habitual en personas que empiezan a caminar o correr sin progresión, o que realizan deportes de impacto y trabajos que implican muchas horas de pie o movimientos repetitivos.
¿Qué es exactamente una fractura por estrés?
Hablamos de fractura por estrés cuando el hueso no consigue adaptarse al aumento de carga que recibe. Se generan pequeñas grietas o fisuras en el tejido óseo que, si no se detectan a tiempo, pueden evolucionar y llegar a una fractura completa.
No suele aparecer tras una caída o un traumatismo claro, sino de forma progresiva después de incrementar la intensidad, duración o frecuencia de la actividad física o laboral.
Cómo suele sentirse el dolor
El síntoma típico es un dolor profundo y localizado en un punto del hueso que:
- Aparece tras un cambio en la actividad laboral o de entrenamiento.
- Aumenta al caminar, correr o realizar la actividad que sobrecarga la zona.
- Empeora después del ejercicio o al final del día.
- No mejora con el paso de los días, incluso con reposo relativo.
Señales que valoramos en consulta
Durante la valoración clínica nos fijamos especialmente en:
- Dolor al presionar un punto muy concreto del hueso.
- Sensibilidad aumentada al tocar esa zona.
- Pequeña inflamación localizada sin un golpe previo claro.
Cuando estos hallazgos se combinan con el tipo de dolor descrito y el antecedente de cambio en la actividad, la sospecha de fractura por estrés es alta.
Factores que aumentan el riesgo
Algunos factores que pueden favorecer la aparición de fracturas por estrés son:
- Incremento rápido de la carga de entrenamiento o del tiempo de trabajo de pie.
- Actividades de impacto (carrera, saltos, deportes de impacto sobre superficies duras).
- Poco acondicionamiento físico previo o cambios bruscos en el tipo de ejercicio.
- Problemas hormonales o baja densidad ósea (osteopenia, osteoporosis).
- Déficit de vitamina D o calcio.
- Consumo de tabaco.
- Uso prolongado de ciertos medicamentos (corticoides, algunos antibióticos, estatinas).
La ecografía: rápida, segura y muy útil
En Campos Fisioterapia utilizamos la ecografía musculoesquelética como herramienta fundamental para valorar la zona dolorosa. Nos permite observar:
- Cambios en la superficie del hueso.
- Inflamación de los tejidos blandos alrededor de la zona dolorosa.
- Signos indirectos de sobrecarga o estrés óseo.
Es una prueba sencilla, segura y muy útil en fases tempranas, ya que en una radiografía inicial la lesión puede no aparecer.
¿Cuándo deberías pedir cita?
Te recomendamos consultar con un profesional si notas:
- Dolor localizado en un hueso que dura varios días sin una causa clara.
- Molestia que empeora al apoyar, caminar, correr o tras entrenar.
- Dolor que continúa al día siguiente, incluso en reposo relativo.
- Hinchazón en una zona donde prácticamente solo hay hueso.
- Cambios recientes en tu nivel de actividad (empezar a correr, aumentar kilometraje, cambiar de calzado…).
- Inicio en la toma de alguno de los medicamentos mencionados.
- Alteraciones recientes del sistema inmune o de la salud ósea.
Cuanto antes se detecta una fractura por estrés, más sencilla y rápida será la recuperación.
Si sospechamos esta lesión, se deriva al médico para realizar una radiografía y, si esta no es concluyente, se solicita una resonancia magnética u otra prueba de imagen avanzada.
¿Cómo te ayudamos en Clínica Mario Campos Fisioterapia?
Si se confirma una fractura por estrés, el médico probablemente te pautará medidas de descarga (reducir o evitar el apoyo, cambios en el deporte, reposo relativo…). Desde fisioterapia podemos acompañarte para que la recuperación sea lo más rápida y segura posible:
- Planificación de la progresión de carga y vuelta a la actividad.
- Ejercicio terapéutico para mantener la fuerza y el control muscular sin dañar el hueso.
- Electroestimulación para preservar la musculatura en fases de descarga.
- Control de la inflamación y el dolor con técnicas como radiofrecuencia y láser.
- Estimulación de la curación ósea mediante magnetoterapia inductiva de alta potencia.
Si sospechas que tu dolor puede deberse a una fractura por estrés, en Campos Fisioterapia podemos ayudarte a confirmarlo, planificar el tratamiento y guiar tu recuperación paso a paso.