¿Qué son las ondas de choque?
Las ondas de choque son ondas sonoras de alta velocidad y alta presión que producen una respuesta inflamatoria controlada en el tejido dañado para permitir así su recuperación óptima. Están basadas en los sistemas de litotricia que ya se utilizaban hace muchos años para pulverizar los cálculos o piedras renales. Su principal diferencia con el ultrasonido es que la cantidad de energía producida por las ondas de choque es mucho mayor.
Esta terapia no invasiva se trata de unos de los tratamientos más efectivos para combatir el dolor musculo-esquelético, sobre todos en los procesos de larga evolución o crónicos, teniendo una efectividad del 90% de los casos.
Las ondas de choque producirán daños celulares y en el tejido llegando a producir hasta la rotura de los mismos. Esto provocará una respuesta inflamatoria que posteriormente producirá la reparación y reconstrucción de los tejidos dañados. Las sesiones se espaciarán para que la respuesta reparadora tenga su tiempo para hacer efecto.
¿Cómo funciona?
Al igual que en los equipos de ultrasonidos, se interpone entre el cabezal aplicador y la piel de la zona afecta un gel que favorece la conducción de la onda. Hay diferentes tipos de equipos: Focales: llegan a más profundidad, tiene mayor potencia y concentra la presión en un punto en el espacio. Radiales: están generadas por un sistema neumático que acciona un proyectil que, al impactar contra un cabezal de metal bio-compatible el cual transmite una onda de choque radial.
Sus efectos terapéuticos: – Analgésico: Reduce el dolor por disminución de las terminaciones libres. Y disminuyendo la tensión muscular, eliminando la sustancia P.
– Antiinflamatorio: Eliminación de los mediadores inflamatorios.
– Neovascularización: Estimulación de los factores osteogénicos, promueve el reclutamiento de células madre y liberación de factores de crecimiento. (Sustancia P, eNOS, PCNA, BMP2,).
– Efecto de fragmentación y cavitación de las calcificaciones amorfas, produciendo una desorganización y desintegración de los depósitos de calcio y favoreciendo su reabsorción.
– Lucha contra la fibrosis del tejido, ya que favorece la visco-elasticidad del tejido cicatricial o fibrosado.
– Estimulación de la fibra de colágeno (especialmente beneficioso en tendinosis)
En definitiva, la terapia con ondas de choque mejoran la microcirculación, aumentan la producción de colágeno, mejoran el metabolismo celular y elimina los mediadores inflamatorios.
Aplicaciones:
– Calcificaciones tendinosas: (Supraespinoso, espolón calcaneo, Haglund calcaneo, etc.)
-Tendinopatías: tendón de Aquiles, supraespinoso, epicondilítis/osis, trocanterítis, fascitis/fasciosis, etc.
-Retardos en la consolidación ósea. (Post-fractura)
-Cicatrices post-quirúrgicas.
-Lesiones meniscales, pseudoartrosis.
-Hernias discales, lumbalgias, lumbociatalgias, etc.
– Necrosis avasculares (Perthes, Osgood Schlatter.)